lunes, 8 de agosto de 2011

Bitácoras de un espectador autitista: mis tres películas de nazis favoritas

Calculo que fue en sexto de primaria. Para pasar el tiempo, sea en vacaciones o en clases aburridas, leía por leer. Efectivamente era traga, no en el sentido de entusiasta por estudiar lo que daban en clase para salvar con buena nota, sino entusiasta por aprender.

En una de ésas, en el el librote de historia de 400 páginas sobre el siglo XX, me encontré con la Segunda Guerra Mundial. Por alguna razón, hinchaba por Alemania y en menor medida por sus aliados. Páginas más tarde me decepcióne al enterarme de que perdieron la guerra. Obviamente, tiempo después me enteré de las atrocidades que cometieron los nacionalsocialistas contra tantas familias y tantos pueblos. Desde entonces, agradezco que los nazis no hayan ganado ni convertido buena parte del mundo en una dictadura.

Conozco a varia gente (*1) que le pudrió la ficción sobre nazis. Dicen que ya le dieron tantas vueltas al tema que no hay forma de volver a hacer nada interesante sobre ellos. Como relativista que soy, pienso que es posible que sí es posible, más allá de que las probabilidades pueden ser más altas o bajas.

Entonces, allá voy con el podio autitista de películas favoritas sobre nazis:

o- Bastardos sin gloria

Calculo que fue la segunda película que vi de Quentin Tarantino, contando las dos partes de Kill Bill como una. Con ella me fui haciendo hincha del guacho. La escena que más recuerdo fue Brad Pitt actuando de él mismo, es decir haciendo de un mal actor. "Ban-dgorrrno! Gorrrlaaami" Hay otras partes de antología, como el Hitler histérico, los ametralladores dementes y la última frase. Pero más allás de las piezas, ellas encajan. Tiene todos los ingredientes de una buena película, y la cocinaron bien.


o- El dictador

Esta película tiene una peculiaridad: nunca la vi. Apenas pesqué unas escenas sueltas y no le presté atención, para poder verla bien algún día. ¿Y cómo cornos llegó este espectro a la lista? Básicamente, me la vendieron bien. Y no hablo de los distribuidores, hablo de conocidos que respeto. Es posible que no cumpla con mis expectativas, que andan por las nubes (*2). Como sea, cuando me toque, voy a ver cómo se defienden Charles Chaplin y compañía, y ojalá les vaya bien.

o- Capitán América

Este artículo lo estoy escribiendo porque salí del cine. No ubicaba mucho al histórico personaje de Marvel. Imagino que antes era un panfleto sobre las fuerzas armadas estadounidenses. No dudo que eso puede haber cambiado con el paso de las décadas.

Como sea, la película me fascinó por completo. Me gustó la estética, heroica y al mismo tiempo paródica; me entretuvieron las escenas de acción (que el tipo éste le dé urgente unas clases de moderación a Michael Bay); me encantaron los chistes bien esparcidos a lo largo de la trama; y me cautivaron unos cuantos personajes, sobre todo el protagonista y su forma de vida, pero también el antagonista totalmente pasado de rosca, la chica atractiva, el superior bien sureño y los soldados canarios. Ésta va a estar en listas más interesantes.

(*1: ¡Guau! Desde abril que no ponía un pie de nota. ¡Recontra guau! Hace casi exactamente 23 meses que no agregaba una nueva entrada a esta saga. Yendo al punto: me CAGO en quienes dicen que la frase "varia gente" es incorrecta. La uso desde hace mucho tiempo y para mí tiene sentido. "Varias personas" suena distinto. Parecen menos, y eso que va en plural en vez de singular y tiene más sílabas. Parecen más débiles, menos fuertes, menos macizos.)
(*2: No puedo dejar pasar la oportunidad: ¡nube de faaasooo!)

martes, 2 de agosto de 2011

Bitácoras de un jugador autitista: cómo empecé a jugar a la computadora

¿Convertiré este título larguísimo en una saga tan longeva como The Archers? Como canta Cacho de la Cruz, la vida nos lo dirá.

- o -

Los primeros videojuegos que tuve en casa fueron el Grand Prix 2 y el el Need for Speed II, de 1996 y 1997. Mucho antes que ellos jugué a las maquinitas, siempre de autos. No recuerdo con mucha precisión esa época. Tengo muy presentes el Rad Mobile de 1991 que había en La Floresta (el Sonic colgante es inolvidable) y el Virtua Racing de 1992 que estaba en Arcobaleno en Punta de Este, y apenas tengo rastros de cuándo pasaron por mis manos y pies el Daytona USA de 1993 y la saga Out Run.

No sé en qué época fue, pero los dos primeros juegos de computadora personal que recuerdo son un Tetris tridimensional y un juego de los Juegos Olímpicos, que tenían unos primos míos en su lejana casa de Carrasco. Del de los Juegos Olímpicos, me acuerdo perfectamente que tenía un modo de salto ornamental. Apretando las flechas, podías hacer figuras más o menos complejas.

Si lo recuerdo tan bien no es por los gráficos, que eran bidimensionales (el de Tetris era tridimensional). Es porque me resultaba divertido caminar lentamente y caer al agua sin hacer movimiento alguno, para que el jurado me diera 0.0 puntos. No recuerdo si alguno me otorgaba una décima. Busqué imágenes pero ninguna se asemeja a lo que guarda mi memoria.

Así empecé a jugar a la computadora: jugando a perder.