miércoles, 28 de octubre de 2009

La vuelta del balotaje y el absolutismo

Con apenas dos experiencias del sistema electoral uruguayo aprobado en 1996, algunos políticos ya querían toquetearlo para beneficio propio. La tercera instancia del domingo pasado demuestra que el balotaje debería quedarse para siempre. No impide que se formen dos bloques partidarios, pero sí evita nefastos bipartidismos. Es fácil imaginar que, si no hubiera segunda vuelta, muy pocos ciudadanos habrían votado al Partido Colorado y aún menos al Partido Independiente.

Eso sí, los votos anulados deberían ignorarse para definir si un partido obtuvo suficientes votos como para ahorrarnos un mes más de campaña electoral. Lo mismo debería hacerse con los plebiscitos: los votos por el sí deberían compararse con los votos válidos y no con los emitidos, como ya ocurre con los referéndums. No puedo imaginar por qué hay criterios distintos, salvo que quienes redactaron las normas querrían evitar victorias en primera vuelta y aprobaciones de plebiscitos.

Ahora no hay más vueltas, el partido se juega entre dos. Me refiero a los canditatos a presidente, porque las únicas responsabilidades del vicepresidente uruguayo son presidir el senado y sustituir al presidente si éste se ausenta, renuncia o muere. Mujica dice que Astori sería una especie de primer ministro si ganan el balotaje. Me quedan dudas sobre si realmente será así: la barra chica haría presión para que el gobierno tome un rumbo bien chavista. No sé si Mujica es capaz de enfrentar esa presión, y por eso no quiero votarlo.

Pero al mismo tiempo quiero que él gane el balotaje, porque Lacalle tomaría un rumbo seguro, certero y (para mí) terrible si él fuera presidente. Así que tengo dos alternativas: tragarme el orgullo y votar a Mujica, o votar en blanco y correr el riesgo de que el veterano líder blanco sea gobernante por cinco años más. Escucho sugerencias.

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Siendo socialdemócrata, me alegra enormemente que el Partido Nacional sea quien haya perdido más bancas en el parlamento. Pero lamentablemente, a falta de contar los votos observados, el Frente Amplio obtendría mayoría absoluta en ambas cámaras y el Partido Independiente quedaría fuera del senado. No soportaría cinco años más de un parlamento sin argumentación, discusión ni negociación entre los partidos.

Al menos, la mayoría frenteamplista será mas ajustada que en la legislatura pasada. Eso incrementaría la gravedad de una eventual ruptura de esa coalición, que para mi gusto es demasiado amplia. Tupamaros, comunistas y afines podrían partir a territorio más izquierdista (¿Asamblea Popular? ¿Un partido más?) si Mujica se mostrara demasiado sensato como gobernante, o si la bancada seregnista se exhibiera demasiado interesada en tratar con los otros partidos para aprobar leyes aceptables a los ojos de un Lacalle presidente. Espero que ocurra la primero, y pronto.

viernes, 16 de octubre de 2009

Epistolar, la pistola

En una carta publicada ayer 15 de octubre por el semanario Búsqueda, distinguidas personalidades uruguayas advierten que "el voto por correspondencia significa un grave debilitamiento de las garantías que caracterizan nuestro sistema electoral vigente". Por más que haya sido firmada por políticos que me repugnan, como Gonzalo Aguirre y Juan Andrés Ramírez, no puedo dejar de compartir (con ustedes; *1) dos de los tres argumentos que esgrimen (*2):

o- "El sistema vigente asegura la depuración del padrón electoral y el estricto contralor de la identidad del votante en el momento de emitir el sufragio. [Esto] no podría llevarse a cabo con la misma eficacia en el caso del voto epistolar."

o- "Nuestra Constitución garantiza como columna vertebral del sistema el carácter secreto del voto, garantizando de esa forma que el ciudadano ejerza su voto libremente, sin estar sujeto a presión o compromiso alguno. Es por ello que el acto del sufragio se realiza en la soledad del cuarto secreto. Cuando se vota por correspondencia, no es posible garantizar el secreto del acto de emisión del sufragio ni, por consiguiente, la libertad del elector."

En Harry Potter y la Piedra Filosofal, el tío Vernon intenta impedir que Harry lea las innumerables cartas que Hagrid le hace llegar de parte del Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. Finalmente, Vernon fracasa y Harry se embarca en una aventura heptalógica. Pero en la realidad uruguaya, la Corte Electoral carece en su planilla de funcionarios de suficientes magos semigigantes como para asegurarse de que cada ciudadano reciba todos los elementos que le permitan enviar su voto en tiempo y forma.

Y encima de eso, por más que los paquetes lleguen a la casa del votante y los votos retornen a la Corte Electoral, es imposible garantizar que el voto haya sido emitido por quien debería. Un malviviente podría encañonar a desprevienidos; un cohabitante de un hogar podría tomar los paquetes sin que los auténticos destinatarios lo eviten; un Homero Simpson o Bud Johnson podría ofrecerle a su adorada hija sabelotodo la posibilidad de debutar cívicamente.

No sé si los ciudadanos que viven fuera de Uruguay deberían tener o no le derecho a votar, pero eso es irrelevante por ahora. La reforma electoral que se plebiscita el próximo 25 de octubre obliga a la Corte Electoral a habilitar el voto por correo, y sólo eso cuenta. Debemos evitar correr el peligro de que los uruguayos desconfiemos de los resultados de las elecciones.

(*1: Rechazar esos pensamientos por mi opinión sobre los firmantes sería una falacia de reductio ad Hitlerum. Por la escasísima cantidad de comentarios que hay en esta bitácora, la ley de Godwin no se ha aplicado todavía.)
(*2: El tercer argumento es que la reforma violaría el principio de igualdad. Pienso que el texto no hace distinción alguna entre los ciudadanos y por tanto no hace discriminación alguna.)

lunes, 12 de octubre de 2009

Epíteto, espejito

o- "Le estamos dando dinero a 80.000 atorrantes para que no hagan nada"
o- "Los indecisos, esos a quienes no les viene bien nada"
o- "Los valores que tienen ciertos compatriotas no son los mismos que los nuestros"
o- "Nunca pasaron hambre, no vivieron años a mondongo ni cosa que se le parezca"

Entiendo (y lamento) que los dos candidatos con chances de ser elegidos presidente eviten debatir sobre temas realmente importantes, y en su lugar prefieran insultarse uno al otro y hacer bochinche sobre tonterías huecas como la motosierra al gasto y los Kung San del desierto del Kalahari.

Pero me desconcierta que Mujica y Lacalle se dediquen a criticar a posibles votantes propios. Jamás me hubiera imaginado que ellos dedicarían gran parte de sus esfuerzos en intentar perder la simpatía de la gente. Tengo unas ganas tremendas de votar en blanco en noviembre, pero no sé si me atreveré a dejar el resultado en manos del resto de la ciudadanía.

miércoles, 7 de octubre de 2009

Piñata electoral

¡Acaso no te enteraste de que el Cuqui y el Pepe se acaban de agarrar a las piñas? Eh... en realidad no (todavía). Entonces, ¿de qué cuernos me venís?

Rod-F, creador de numerosos juegos sobre la política rioplatense y americana, decidió que la batalla por los votos entre ambos candidatos presidenciales se fuera de las manos, o sea, a las manos. La violencia no arregla nada, ¡pero a veces es tan divertida!