jueves, 26 de noviembre de 2009

El debate que no fue (y se nos fue)

Mañana comienza la veda de cara al balotaje del domingo 29, y definitivamente nos quedamos sin un debate entre los dos candidatos a la presidencia. Lamentablemente, el Frente Amplio encontró la excusa perfecta para quitarle la oportunidad a Lacalle de deschavar la incoherencia del discurso de Mujica. Es una perlita más en el largo collar de fallas de nuestra democracia. Como triste consuelo, nos queda esta joya del humor uruguayo.

jueves, 19 de noviembre de 2009

Así nos ve un mundo

¡Hay que saltar, hay que saltar!
¡Los uruguayos vamos al mundial!

Charlando con amigos, predije que la selección uruguaya de fútbol y la costarricense convertirían en este encuentro final un gol cada una, y en ese orden. Es lo que creía que iba a suceder, y así fue. Si seremos sacrificados los uruguayos... parecemos nacidos para sufrir. ¿Pararemos o seguiremos?

En este torneo clasificatorio para el Mundial de Fútbol Sudáfrica 2010, goleamos y gustamos en el Centenario, pero también padecimos goleadas en nuestra catedral del fútbol mundial. Perdimos contra Brasil y Argentina con gran dignidad, pero perdimos. Le ganamos a Paraguay y a Chile, pero empatamos contra Bolivia a pocos metros de distancia del mismísimo Inti, y encima perdimos contra el colista Perú. Ganamos en la altura de Quito y Bogotá y en el pasto sintético de San José de Costa Rica. De hecho, eliminamos a Colombia, Ecuador, Venezuela y Costa Rica porque no nos ganaron ninguno de los ocho enfrentamientos. Pero en varios de ellos parecimos jugar a la bolita o a la pelota más que practicar un deporte profesional.

Corbo calificó la actuación de la celeste como una "hazaña". Los propios jugadores declararon en todos estos años de odisea que lo importante era clasificar al Mundial. Jugar al fútbol fue secundario. Somos capaces de hacerlo brillantemente, pero muchas veces desistimos de hacerlo. Esta situación va más allá de quién juegue en qué posición, de quién desempeñe qué cargo fuera de la cancha, y de quién sea dueño de fichas de futbolistas y derechos de transmisión de los partidos. El fútbol es parte de nuestra cultura, y los problemas de nuestro fútbol son culturales. Si así queremos que nos vaya, así seguiremos yendo y viniendo.

viernes, 13 de noviembre de 2009

A colorear el voto en blanco

Por más que defienda el derecho a anular el voto, esa opción no me gusta porque se confunde con los votos auténticamente anulados (es decir, los no intencionales). De todas maneras, sé que se siente bien meter en el sobre listas deshechas en pedacitos o cartas de quejas sobre el sistema. Por eso propongo que la Corte Electoral habilite una papeleta oficial del voto en blanco. Ella nos permitiría votar en blanco (ya les comenté que tengo terribles ganas de hacerlo a fin de mes), y al mismo tiempo expresarnos libremente sobre por qué nos negamos a votar afirmativamente, con todas las frases y garabatos que deseemos incluir (y nadie mirará salvo nosotros). Y si nos quedamos sin hoja, entonces podríamos enganchar o pegar varias de estas papeletas de la forma que sea. Ningún organismo internacional evaluaría esta medida como relevante para la calidad de nuestra democracia, pero muchos ciudadanos sí lo haríamos.

viernes, 6 de noviembre de 2009

Espantados por el peligro

Desde el fatídico Gran Premio de San Marino de 1994, la Federación Internacional del Automóvil tuvo una política de construcción de circuitos de Fórmula 1 enfocada en la seguridad. No bastó con colocar chicanas brutales previo a viejos curvones, ni con talar hectáreas enteras de bosque y rebajar lomas para ampliar vías de escape. La solución a las tragedias fue el arquitecto alemán Hermann Tilke. Sus circuitos construidos desde cero, que han venido poblando el calendario de la máxima categoría del automovilismo mundial en la última década, se caracterizan por largas rectas bien rectas que desembocan en horquillas cerradísimas seguidas de contracurvas, y una brillante ausencia de desniveles, peraltes y curvones a la antigua.

Estambul es el único tilkódromo rescatable, por sus subidas y bajadas decentes, su recta opuesta quebrada en dos, y la imposible cuádruple curva 8. El resto de los autódromos nuevos son un bodrio supremo, en particular para los autos de Fórmula 1 para los que fueron construidos. Repasando los mapas, las únicas curvas rápidas aceptablemente desafiantes que encuentro son las 5 y 6 de Sepang y la 13 de Sakhir. Y para mal de males, ambas secciones están precedidas por una curva cerrada y una recta corta.

Muchos circuitos ya existentes también pasaron por las manos de Tilke. Prácticamente todos ellos padecieron severamente la consecuencia de esta revolución. Basta ver Hockenheim, hoy otro circuito sin gracia alguna, y que antes sintetizaba rectas larguísimas, chicanas cerradas, el veloz curvón Oeste y el Motodrom trabadísimo.

Österreichring es la excepción a la regla: manteniendo las ondulaciones y las largas y sinuosas rectas de antaño, cambió los antiguos curvones por horquillas perfectas para piñatas. Si no me creen, vean cómo Montoya intenta contener a Schumacher y todo un pelotón durante varias vueltas del Gran Premio de Austria de 2001. Lamentablemente, la pista cerró y el imperio austríaco Red Bull se está tomando demasiado tiempo en reacondicionarla para atraer al DTM alemán.



Algunos autódromos sobrevivieron la cacería de brujas. Las chicanas de Monza no impidieron mantener Lesmo ni la Parabólica ni promedios de velocidad absurdamente altos. Con reformas en marcha para albergar el Gran Premio de Gran Bretaña de Motociclismo, el ex aeródromo de Silverstone perderá parte de los mixtos insípidos añadidos en 1991 y ganará dos nuevos sitios de sobrepaso, aunque no sabemos cómo quedarán otras curvas que serán rediseñadas una vez más.

Y de los contados circuitos que quedaron intactos, muchos peligran por las burbujas inmobiliarias. Jarama y Jacarepaguá son dos monumentos de la historia del deporte motor a punto de ser enterrados bajo emprendimientos urbanísticos. Y por absurdo que parezca, Spa-Francorchamps entró a la lista de circuitos en peligro de extinción. Y no es por su dibujo, que salvo la chicana de juguete colocada antes de Eau Rouge para el Gran Premio de Bélgica de 1994, jamás perdió su pureza pese a tener la mitad de extensión que medio siglo atrás.

Vecinos quejosos por los decibeles de los bólidos que pululan esa zona de las Ardenas hicieron que el Consejo de Estado belga suspendiera la licencia del circuito por nada menos que 17 años, así eliminando un destino de peregrinaje de miles de fanáticos del deporte motor. En menos de tres semanas, otro grupo de vecinos lleva registradas más de 30.000 firmas de ciudadanos del mundo motor pidiendo que se revea la situación. Esperamos que los belgas sientan nuestra voz y hagan presión a sus políticos para que revean.