Me dijeron que allá la gente es feliz,
cada uno a su manera.
Lo que quieren lograr, van y lo buscan.
Allá cada uno mete todo lo que puede, siempre a fondo.
A veces no les sale, pero todo bien, otra vez será.
Lo que logran lo aprecian, y el esfuerzo lo saborean.
Me dijeron que cada uno hace lo que quiere, porque lo hacen para uno.
Nunca se quedan con las ganas, porque viven para disfrutar.
Los demás admiran sus rarezas, y se maravillan de que se atrevan.
Porque ellos son como ninguno, todos ellos.
Allá siempre se respetan, porque quieren que los respeten.
Siempre dan todo lo que tienen, porque lo merecen.
Siempre hacen lo que les piden, porque lo necesitan.
Y si les responden que no, saben que el otro no puede.
Me dijeron que todos se entienden, aunque no se digan nada.
Cuando uno tiene algo que decir, lo escuchan.
Cuando uno quiere saber algo, lo piden.
Y cuando les dicen que no, los entienden.
Me dijeron que allá se quieren todos, aunque no se conozcan.
Ellos se cuidan entre sí, y siempre están en todas.
Y cuando se aman, se aman con toda la pasión del mundo.
Porque el mundo son ellos, y ellos son un mundo.
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