Después de siete meses y medio, vuelve la saga ¡Quién lo diría!. El retorno no lo motiva un verso romanticón como podría sugerir el título del artículo, sino una joya de la riquísima oratoria de la política uruguaya: "El acuerdo de carácter electoral [entre blancos y colorados] no puede ser la causa, tiene que ser la consecuencia." El uso ambiguo de la palabra "causa" por parte del (para nuestra gerontocracia) joven senador blanco Gonzalo Penadés me hace babear de belleza.
Según él, este pacto, o fusión, o concertación o como se llame, debe servir a un fin que el artículo del semanario Búsqueda de hoy no aclara, y no un fin en sí mismo. Algunos dirán que esto sería el auténtico fin de ambos. El tiempo lo dirá.
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