Varios parlamentarios de los partidos tradicionales se han manifestado en contra de ciertos nuevos proyectos de ley. Pero en vez de argumentar en contra de ellos, proponen esperar a que asuma el nuevo parlamento (en febrero del año que viene), y recién entonces volver a discutirlos. La razón es obvia: difícilmente el Frente Amplio vuelva a tener la mayoría absoluta de las bancas, y posiblemente la consigan ellos mismos.
Su propuesta genera un efecto de fondo gravísimo: bloquear todo avance legislativo en el país durante dos tercios de año. Al largar la chancleta, tumbarse en la reposera, cazar el mate y ver cómo el mundo se nos aleja cada vez más, estos parlamentarios proponen en verdad dejar retroceder al país.
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