Los europeos se burlan de las carreras de la Nascar y la IndyCar en óvalos de los estadounidenses, porque giran siempre para el mismo lado. Eso los hace menos habilidosos que los del Viejo Continente, dicen. Pero los europeos son flechados para el otro lado: la inmensa mayoría de sus circuitos de primer nivel tienen sentido de giro horario.
En la temporada 2011 de la Fórmula 1 habrá trece circuitos horarios, Suzuka con su ocho loco, y seis antihorarios: Estambul, Valencia, Singapur, Abu Dhabi e Interlagos. Los demás campeonatos europeos y pseudo mundiales rara vez superan los tres circuitos antihorarios. Además de Estambul y Valencia, a veces visitan Cheste, Aragón, Boavista, Adria, Imola, Sachsenring, Lausitzring, Norisring, Rockingham... y hasta ahí va la lista.
Cinco de los seis circuitos antihorarios de Fórmula 1, en concreto todos salvo Interlagos, son obra del inefable Hermann Tilke. Si en algo debemos agradecerle es en contrarrestar las rotaciones de esos pilotos: la variedad de escenarios siempre es positiva.
Lo raro es que a los responsables de las categorías escuela no les parece importar demasiado darles experiencia a los jóvenes pilotos en dar vueltas para el otro lado. Tener un físico simétrico les sería útil cuando les toque llegar a lo más alto.
¿Por qué pasa que los europeos prefieren los circuitos horarios? No tengo idea. De hecho, si el volante está a la izquierda del auto, lo más cómodo es doblar hacia la izquierda. Eso no importa en motos ni monoplazas, pero sí en autos con techo y podría ser una razón para usar el criterio inverso. Lo más probable es que Obelix tenga la respuesta correcta: "los europeos están locos".
Ojalá que la IndyCar algún día corra en un óvalo en sentido horario.
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