En cada Gran Premio de Bélgica, la gran pregunta estratégica es cuándo y cuánto va a llover. En 1998, llovió de corrido. El choque tras la largada ostenta el récord de más autos dañados en la Fórmula 1.
A mitad de carrera, mientras el líder Michael Schumacher intentaba sacarle una vuelta a David Coulthard, el escocés levantó el acelerador en plena recta y sin apartarse de la cuerda. Al embestirlo, la suspensión delantera derecha de la Ferrari quedó destrozada. El teutón se vio forzado a abandonar, tras lo cual se metió en el box de McLaren a criticar furiosamente a DC por la movida.
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