A principios de este milenio, el Vel Satis y el Avantime llegaron adelantados al mundo y fracasaron. Aunque la extraña trasera del Mégane hatch y el Scénic de segunda generación no dañaron demasiado sus niveles de ventas, Renault achicó, y sus turismos más recientes son claramente más conservadores. No por eso son menos bellos: me encantan todos los RenaultSport y el frontal del Mégane III.
Y eso que no vi ninguno en persona. Porque los pocos modelos de la gama del rombo realmente diseñados en el hexágono están terriblemente lejos del Mercosur. El Koleos y el Safrane son surcoreanos, el Sandero y el Logan son rumanos. Y ninguno de los cuatro llegó todavía a Uruguay. ¿Tendremos suerte la semana que viene?
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